Está demostrado científicamente que la danza árabe es una danza terapéutica: con movimientos muy particulares, movimientos de ondulación, de golpe y vibración, trabajando cada uno un área oculta de nuestra sensibilidad.
Además al mover determinadas partes del cuerpo que no están acostumbradas a hacerlo, desbloqueamos zonas y centros de energía. Determinados estudios afirman que la danza del vientre relaja, libera, aumenta la sensación de bienestar, buen humor y agilidad. Al desarrollar este arte emergen sensaciones ocultas, reprimidas inconscientemente, muchas mujeres comienzan a reconciliarse con su cuerpo, a valorarse y a amarse desde su feminidad.
domingo, 11 de enero de 2009
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